Durante la próxima década Haarmann vivió
como un ladrón y estafador que frecuentemente era arrestado y tenía que
cumplir cortas condenas. No obstante, Fritz intentó darle un vuelco a
la situación y en poco tiempo estableció una relación como informante de
la Policía, de esta forma desviaría la atención policíaca que solía
recibir.
En 1914, Haarmann fue condenado por una
serie de cargos de robos y fraudes, fue encarcelado cuando comenzaba la
Primera Guerra Mundial. Tras ser liberado en 1918, Alemania estaba
empobrecida por la guerra. Para sobrevivir Fritz retomó sus actividades
criminales; mas debido a la pobreza en Alemania, la vida criminal
ofrecía más oportunidades, por esa razón la Policía decidió confiar en
Fritz como informante.
Entre 1918 y 1924, Fritz Haarmann
cometió 24 homicidios, aunque se sospecha que asesinó a 27. La primera
víctima de Haarmann fue un joven de 17 años llamado Friedel Rothe, quien
desapareció el 25 de septiembre de 1918, los amigos de Rothe dijeron
que lo vieron por última vez en compañía de Fritz. La insistencia de la
familia del joven condujo a los oficiales hacia la casa del asesino. La
Policía encontró a su informante en su habitación junto con un
adolescente semidesnudo. Los oficiales acusaron a Haarmann con cargos de
abuso sexual y fue sentenciado a nueve meses de encarcelamiento.
En 1919, Fritz conoció a un joven
fugitivo llamado Hans Grans, quien posteriormente se convirtió en su
amante. Haarmann cumplió su sentencia desde marzo a diciembre de 1920.
Cuando salió de prisión se ganó la confianza de la Policía y retomó su
labor como informante. Poco después de ser liberado Haarmann se mudó a
un apartamento junto a Hans Grans.
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