Su abogado defensor, Najeeb Faisal
Chuadhry, declaró a la Prensa que pensaba apelar a la sentencia y si
fuera necesario llevaría el caso ante el Tribunal Supremo. En este caso,
la ejecución se podría demorar durante años.
La sentencia fue criticada duramente por
grupos de derechos humanos e incluso por el Concilio de Ideología
Islámica, pero la corte de Lahore no dio paso atrás.
Como quiera que sea la sentencia jamás
llegó a cumplirse. La mañana de 8 de octubre de 2001, apenas cuatro días
antes de que la Sha’aria rindiera su veredicto final, las autoridades
de la prisión de Kot Lakhpat hicieron pública la muerte de Javed Iqbal y
su cómplice Sajid Ahmad, ambos fueron encontrados en sus celdas
ahorcados, al parecer, con sus sábanas.
Las autopsias revelaron que ambos habían
sido golpeados y algunas declaraciones de guardias y custodios no
parecían ser del todo verdad, pero a fin de cuentas las autoridades
dictaminaron “suicidio
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