
- "Todo esto te daré, si te arrodillas ante mi y me adoras". (Tibi omnia dabo si cadens adoraveris me")
Como podéis deducir, Jesús no cedió a la tentación y el Diablo, frustrado, abandonó la montaña echando chispas. Y de este supuesto encuentro ha llegado hasta nosotros un leve vestigio, pues el nombre de la dicha montaña aún mantiene en su versión latina las palabras con las que el demonio quiso tentar a Jesús (Tibi dabo = Te daré).
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