lunes, 30 de noviembre de 2015

Asesinos en Serie (Richard Chase [ÌI])

Su segunda víctima, una joven de 22 años, es salvajemente asesinada a pocos metros de su casa cuando se encontraba sacando la basura. Chase dispara tres veces sobre ella, y mientras agoniza, le abre el vientre para arrancarle los intestinos, que esparce cuidadosamente por el suelo. Luego, le corta el hígado, el diafragma, un pulmón y los riñones, colocándolos encima de una cama. En un ataque de histeria apuñala varias veces el cuerpo sin vida y tras beber su sangre, se pinta la cara con ella. Finalmente, como toque final a su "obra", defeca sobre la boca del cadáver y abandona la casa, satisfecho.
Cuatro días después comete el más sangriento de sus crímenes entrando en una casa elegida al azar y disparando a la cabeza de una pareja de 27 años, un niño de 6 años y un bebé de 22 meses. Luego, llevándose el cuerpo de la mujer a una habitación, sodomiza el cadáver, le arranca un ojo y bebe su sangre. Momentos más tarde, es sorprendido en su macabra carnicería por alguien que llama a la puerta mientras vaciaba el cráneo del niño, y huye a toda prisa llevándose el cadáver del bebé.
En su propia casa, decapita el cuerpo tras beberse la sangre y devorar el cerebro crudo. Esa misma tarde, la policía descubre la matanza y comienza una serie de investigaciones por toda la ciudad registrando cada rincón de la ciudad tratando de atrapar al psicópata asesino.
Cuando tres policías llaman a la puerta del vampiro no obtienen respuesta, pero oyendo ruidos en el interior deciden de vigilar el apartamento.
Poco después, Chase sale de la casa con una caja de cartón bajo el brazo, que arroja al suelo para tratar de huir al ver a los agentes en la puerta. Su contenido se esparce por el suelo asombrando a los policías: se trata de ropa ensangrentada y trozos de cerebro humano…
El asesino es finalmente detenido. Al registrar su apartamento, se encuentran además de un espantoso olor a putrefacción, manchas de sangre cubriéndolo todo, huesos humanos en la cocina y el salón, un plato con restos de cerebro encima de la cama y la nevera repleta de recipientes con órganos humanos y animales en el interior.
En el juicio trata inútilmente de justificar sus macabros crímenes diciendo que unas voces de seres extraterrestres y otras criaturas lo acosaban continuamente obligándole a matar…
Finalmente es condenado a pena de muerte aunque su ejecución en la cámara de gas nunca sería llevada a cabo, pues Richard se suicida pocos meses después en su celda con una sobredosis de antidepresivos el 26 diciembre de 1980.

fuente:  http://www.asesinos-en-serie.com

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