
La Guajona, que en otros tiempos recibió el nombre de Lumia, es una vieja delgadísima y siniestra, tapada de la cabeza a los pies con un manto negro. Lo único que se le ve son las manos renegridas y sarmentosas, los pies que en realidad son patas de pájaro y la cara, una cara amarilla, rugosa, consumida, sembrada de pelos y verrugas, con ojos diminutos y brillantes como estrellas... nariz aguileña y una boca de labios delgados y descoloridos en la que se ve un único diente, negro y enorme como un puñal... pues le llega hasta por debajo de la barbilla.
La Guajona no vive de día y nadie sabe dónde se mete a la luz del sol, aunque se cree que bajo tierra. Por la noche sale y pasa como una sombra confundiéndose entre estas... Entra en las casas sin hacer ruido... se acerca a los niños y jóvenes sanos cuando están durmiendo y les clava su diente largo y afilado en una vena, para de esta manera beberles la sangre y dejarlos descoloridos y débiles... Es, por tanto... la mujer vampiro de Cantabria.
A pesar de su crueldad, hay que decir que sus ataques no
son mortales y que esta especie de Drácula de la Montaña no mata a sus
víctimas
fuente: http://appg-appg1970.blogspot.com.es
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