La
primera referencia documental del término Catalunya aparece en la "Liber
Maiolichinus de Gesto Pisanorum Illustribus", una epopeya latina que
narra la Cruzada pisano-catalana del año 1113-1114 contra Madina Mayurqa
ovillada por el arzobispo de Niza Pedro II y el conde Ramón Berenguer III de Barcelona. Esta
obra fue redactada entre 1115 y 1120 y se refiere al conde de Barcelona
como "Dux Catalanensis", en su territorio como "Catalania", ya sus
hombres como "Catalanenses". A
pesar de los diversos estudios, se desconoce aún la etimología de la
palabra "catalán" y "Catalunya", así como tampoco se entiende por qué
aparece primero en un documento pisano y no en la documentación
catalana. Sin
embargo, se constata que Catalunya tenía una connotación eminentemente
geográfica, y que durante los gobiernos de Ramón Berenguer III y Ramón
Berenguer IV no respondía a ninguna estructura política, ya que sigue
sin aparecer en la misma documentación condal. El
conde de los barceloneses ("comas Barchinonensis") Ramón Berenguer IV
ejercía su principatum y dominatum sobre varios condados, que sólo a
partir de la fecha del 1114 y en base a la realidad histórica
documentada, se pueden calificar correctamente de catalanes: condado de
Barcelona, el condado de Girona, el condado de Osona, el condado de
Manresa, el condado de Besalú, el condado de Cerdanya, el condado de
Berga y el condado de Conflent. Por
otra parte, el condado de Urgell, el condado de Pallars Jussà, el
condado de Pallars Sobirà, el condado de Rosello y el condado de
Empúries continuaban gobernados por dinastías propias.
Los soberanos de Catalunya ostentaron la dignidad (título) de Conde de Barcelona. Si bien las jurisdicciones nobiliarias durante la edad media recibía la calificación de su señor, por lo que un conde regía un condado, un duque regía un ducado, y un rey un reino, ya pesar de que la fundación y estructuración de Catalunya como un estado medieval fue obra del rey Alfonso II "el Casto", la dignidad (título) que este ostentó como soberano de Catalunya fue el reputado y prestigioso título que su padre Ramón Berenguer IV de Barcelona siempre había exhibido en primer lugar jerárquico y como más importante, el de ser Conde de Barcelona. Denominaciones como la de "rey de Aragón", "rey catalano-aragonés" o "conde-rey", fueron creadas a finales del siglo XIX y no responden a los usos históricos ni al ordenamiento protocolario tradicional del Principat de Catalunya
Los soberanos de Catalunya ostentaron la dignidad (título) de Conde de Barcelona. Si bien las jurisdicciones nobiliarias durante la edad media recibía la calificación de su señor, por lo que un conde regía un condado, un duque regía un ducado, y un rey un reino, ya pesar de que la fundación y estructuración de Catalunya como un estado medieval fue obra del rey Alfonso II "el Casto", la dignidad (título) que este ostentó como soberano de Catalunya fue el reputado y prestigioso título que su padre Ramón Berenguer IV de Barcelona siempre había exhibido en primer lugar jerárquico y como más importante, el de ser Conde de Barcelona. Denominaciones como la de "rey de Aragón", "rey catalano-aragonés" o "conde-rey", fueron creadas a finales del siglo XIX y no responden a los usos históricos ni al ordenamiento protocolario tradicional del Principat de Catalunya
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