En
el incidente el segador quedó malherido y a partir de entonces, y con
la connivencia de una buena parte de la población local, estalló el
alboroto generalizado por las calles de Barcelona. Según otras fuentes, la chispa en la calle Ancha fue a raíz de una pelea entre tres segadores y unos velluters; uno de estos fue acusado de ser antiguo criado del alguacil Miguel de Montrodon, y ante la acusación dejó malherido al segador. Rápidamente
un grupo de 300 segadores se dirigieron esvalotadament hacia el Palacio
del Virrey Dalmau III de Queralt, conde de Santa Coloma, pidiendo
justicia. La protesta derivó en un tiroteo en el que murió un segador; a partir de ahí el tumulto saqueó varias casas de los jueces de la Real Audiencia."Viva la tierra!", "Mueran los traidores!", "Muera el mal gobierno!", "Viva el rey!, nuestro señor", "¡Viva la fe de Cristo!", "¡Visca Catalunya y els Catalans!", fueron
algunos de los lemas que los segadores llamaron durante la fiesta
religiosa del Corpus Christi del 7 de junio de 1640, que a raíz de los
sanguinarios acontecimientos hechos acaecidos fue conocido como el Corpus de Sangre. Los disturbios se reprodujeron en Barcelona durante los días siguientes. El balance se cierra con un total de entre 12 y 20 muertos, en su mayoría funcionarios reales
El Corpus de Sangre se saldó con la muerte de entre 12 y 20 funcionarios reales según las fuentes, entre las que lo más destacable fue el Virrey, personificación en Catalunya del rey, cuando fue cazado mientras intentaba huir en una galera. A partir de Barcelona los disturbios se extendieron por otras ciudades como Mataró, Vic y Girona. La muerte del virrey de Catalunya, Dalmau III conde de Queralt, marcó sin embargo, un punto de inflexión en la rotura entre el Principat de Catalunya y el proyecto uniformista que el Conde-Duque Olivares quería dar a la Monarquía de España, desencadenando la el inicio de la "Guerra dels Segadors".
El Corpus de Sangre se saldó con la muerte de entre 12 y 20 funcionarios reales según las fuentes, entre las que lo más destacable fue el Virrey, personificación en Catalunya del rey, cuando fue cazado mientras intentaba huir en una galera. A partir de Barcelona los disturbios se extendieron por otras ciudades como Mataró, Vic y Girona. La muerte del virrey de Catalunya, Dalmau III conde de Queralt, marcó sin embargo, un punto de inflexión en la rotura entre el Principat de Catalunya y el proyecto uniformista que el Conde-Duque Olivares quería dar a la Monarquía de España, desencadenando la el inicio de la "Guerra dels Segadors".
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