viernes, 29 de julio de 2016

Historia de Catalunya (La Coronela de Barcelona [XIII])

En marzo de 1707 se completó el proceso para que todos los miembros de la Coronela vistieran con uniforme militar. Cada gremio pagó los respectivos uniformes, quedando a su discreción los colores de su compañía, estableciendo como factor común a toda la unidad el color de la divisa, que fue de rojo carmesí, así como el forro de la casaca, también roja. Los colores de la casaca iban desde varias tonalidades de azul, hasta el amarillo, verde, blanco y rojo, según cual fuera su batallón, consiguiéndose así mantener la personalidad propia de cada compañía, y por ende de cada gremio, dentro de la uniformidad del batallón. En cuanto al sombrero de tres picos o tricornio, algunas compañías le bordaron galón de oro o de plata, completándolo con rosa de tafetán del mismo color que la divisa de la unidad, el rojo o granate. Todas las compañías se dotaron de corbata blanca, que era una propiedad personal del cofrade, y en cuanto a las medias se llevaban "a la virulé", oséase, cubriendo la rodilla. La unidad al completo estaba lista en 22 de marzo de 1707, cuando se realizó la primera parada militar a la vuelta del rey a Barcelona. Las facturas de la compra de uniformes de 1706 también revelan algunas particularidades; las compañías armadas por los gremios más poderosos económicamente encargaron sus uniformes con "paño de 24", mientras que aquellas más modestas lo hicieron con "paño de 22". También marcaron diferencias los botones, pues aquellas más pudientes los compraron latón dorado, mientras el resto optó por botones forrados del mismo color que la casaca. En cuanto al patronazgo, quedó al arbitrio de los gremios, llevando algunas la casaca con solapas de 32 botones, mientras otras como las de los pintores llevaban 24. Los criterios de para la agrupación de los botones frontales iban desde los agrupados de 3-3-3, pasando por el 2-2-2-2, hasta el 2-3-1. Finalmente los zapatos eran propiedad del cofrade
En 1710 se produjó una segunda compra masiva de uniformes; a pesar de haber transcurrido cinco años de guerra, pudiéndose pensar que dicha circunstancia podría haber perjudicado a los gremios barceloneses, el hecho es que todos gastaron una suma mayor que en 1706 y demostraron poseer una potencia económica superior. La mayoría de compañías compraron paño de primera calidad engalanándolas con botones de latón dorados. Así mismo gran parte de las compañías que habían optado por los colores amarillo, verde, blanco y rojo, se pasaron a varias tonalidades de azul, resultando dicho color el mayoritario entre las compañías de la Coronela. Mantenidas las excepciones de los hortelanos que iban de verde, y alguna otras que vestían de blanco o de amarillo, la divisa común a toda la unidad, el rojo o granate, y la mayoría de azul, confirió a la Coronela de Barcelona la uniformidad que mantendría hasta 1714 de azul-grana

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