jueves, 16 de junio de 2016

Historia de Catalunya (Los Comtes de Barcelona [Bernat de Septimania])

Bernat de Septimania [I]

Bernat de Septimania fue hijo de Guillem I de Tolosa, y gobernó del 826 al 832 como Comte de Barcelona y por segunda vez del 835 al 844 como Comte de Tolosa y Comte de Barcelona. Fue el sucesor del franco Rampón y era la cabeza visible del partido de la guerra contra los musulmanes, y profranco (o sea opuesto a los intereses de la nobleza local goda)
Tras su designación, un magnate llamado Aissó, quizás un godo lugarteniente del ex comte Berà, o quizás un árabe (Aysun) hijo de Sulayman ben al-Arabí, que residía confinado en Aquisgrán desde una fecha indeterminada, escapó de su cautiverio llegando a la Gothia, a la comarca de Vic, donde las guarniciones de los castillos de la zona, que debían ser favorables a Berà, se le unieron en una rebelión contra el nuevo conde. Sólo el Castell de Roda de Ter, en el condado de Osona se resistió y fue destruida por los sublevados. Muchos nobles godos se unen a Aizón y entre ellos Guillemund o Guillemundus, hijo de Berà, que era aun comte de Rasez y Conflent. Incluso se reclutaron musulmanes partidarios de la paz con los francos. Desde la zona central que ocupaba, Aizón sometió a castigo al condado de la Cerdanya y a la región del Vallés. El joven conde Bernat, que no tenía aun los treinta años, pidió y recibió alguna ayuda del Emperador, así como también de algunos nobles locales godos o hispani (826). Por ello Aizón se vio obligado a solicitar ayuda de la única potencia que podía hacer frente a los francos, el emir de Córdoba, y envió una embajada presidida por su hermano, solicitando ayuda a Abderramán II. Este envió al general Ubayd Allah conocido también como Abu Marwan, que llegó a Zaragoza en mayo del 827. De allí pasó a territorio del Comtat de Barcelona, alcanzando Barcelona, en verano, la cual fue sitiada sin éxito, saqueando sus alrededores. Pasaron entonces a Girona que tampoco pudieron ocupar (10 de octubre de 827). Ludovico Pío mientras, enterado de la incursión musulmana, ordenó a su hijo Pipino de Aquitania, y a los condes Hugo de Tours y Matfredo de Orleans, el reclutamiento de un ejército, pero el reclutamiento fue lento y cuando estuvo formado ya Abu Merwan estaba regresando a sus dominios. Los rebeldes abandonaron el país con ellos (827). Probablemente Aizón se refugió en Córdoba, donde más tarde, sospechoso de conspiración, fue asesinado por orden del emir. También Guillemund debió acabar sus días en Córdoba.

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